Las mujeres de comunidades indígenas se reúnen en el Barefoot College en India para aprender sobre energía solar. Cuando vuelven a casa, son responsables de la construcción y mantenimiento de paneles solares. Emilio Godoy revisa la experiencia de Cecilia Moreno, del pueblo indígena Comcaac en México.
Cecilia Moreno nunca había volado hasta que partió a cruzar medio mundo para asistir a un curso sobre energía solar en India.
Apoyada por la Comisión Nacional de Áreas Protegidas, la institución mexicana responsable de la protección de las reservas naturales, y el Barefoot College de India, Moreno y otras tres mujeres indígenas, del pueblo Comcaac en el noroccidental estado de Sonora, pasaron seis meses en Tilonia –en el noroeste de India-. El grupo asistió al curso de septiembre de 2016 a marzo último y aprendieron a instalar y reparar paneles solares.
“Aprendimos cómo instalar paneles solares, cómo construir lámparas solares pieza por pieza y cómo usar equipos en los hogares u oficinas", dice Moreno, quien pertenece al comité de agua en su comunidad, en entrevista telefónica.
Ella asistió al curso junto con 35 mujeres indígenas de todo el mundo, incluyendo Botsuana, Cabo Verde, Kiribati, Madagascar, Malí, Micronesia, Myanmar, Siria, Senegal, Somalia y Tonga. Las cuatro mujeres fueron el tercer grupo mexicano en asistir a dicha formación. Los cursos se orientaron a convertir a las mujeres participantes en las llamadas "mamás solares" y aprendices solares internacionales.
"Es un nuevo aprendizaje, una experiencia única de vivir junto a un grupo tan diverso de mujeres líderes que serán de gran beneficio para nuestras comunidades", dice Moreno.
Barefoot College, fundado en 1972 por Bunker Roy, un pedagogo pionero y ambientalista, es un centro de innovación y capacitación para mujeres rurales e indígenas que tienen poca o ninguna educación formal. En la institución, estas mujeres adquieren destrezas en tecnología solar, que las convierten en líderes en sus comunidades luego de que retornan y comparten ese conocimiento con sus respectivas localidades.
Las habilidades enseñadas en Barefoot College se enfocan en el mantenimiento de sistemas solares, incluyendo la instalación de unidades solares y su conexión a baterías, la disposición de alumbrado público y la administración de su operación.
Las mujeres son responsables de la instalación, reparación y mantenimiento de las unidades PV en sus comunidades, estipulado en un compromiso de cinco años con ese trabajo.
A la fecha, la universidad ha capacitado a más de 1.200 mujeres de 73 países. De esa cuenta, 500.000 personas han obtenido acceso a electricidad y lámparas eléctricas, y 500 millones de litros de queroseno han sido reemplazados con energía solar para calefacción y para cocinar.
Este es un ejemplo extraordinario de colaboración internacional para suministrar electricidad a comunidades empobrecidas a bajo costo. Las mujeres están siendo empoderadas, y las energías renovables sustituyen gradualmente a los combustibles fósiles como la principal fuente de producción de energía en las comunidades indígenas.
En México existen 69 pueblos ancestrales a los cuales pertenecen las cuatro mujeres y que representan unos 11 millones de personas. Estos grupos se encuentran entre los más discriminados y empobrecidos en este país de 129 millones de habitantes. Hoy, más de dos millones de mexicanos no tienen acceso a la electricidad, la mayoría de los cuales pertenece a los pueblos originarios
Por ejemplo: en los pueblos de Desemboque de los Seris y Punta Chueca, alrededor del 80 por ciento de la población no tiene electricidad porque no puede solventar el pago. La comunidad planea realizar una encuesta y saber cuáles viviendas carecen de electricidad. Basada en estos resultados, se estudia imponer una cuota mensual a cada hogar, de la cual 40% se paga a la ingeniera solar. El 60% restante se destina a un fondo comunitario que, después de 5 o 6 años, tendrá los recursos para reemplazar el primer equipo solar instalado.
No sólo la educación proporcionada por Barefoot College ofrece a las mujeres líderes comunitarias el conocimiento necesario para cambiar su fuente primaria de energía de los combustibles fósiles a las energías renovables, sino también ayuda a abordar el acceso a la energía y la disyuntiva de la pobreza en sus respectivas comunidades.
"Esperamos ver eventualmente electricidad solar en nuestras casas, que será una gran recompensa para nuestros esfuerzos de estar fuera de nuestras comunidades durante seis meses," dice Moreno.
A partir de esta experiencia, se espera que más mujeres indígenas mexicanas viajen a India para aprender sobre el manejo de sistemas de energía solar. Tal enfoque fortalecería la perspectiva de género en el sector energético, la lucha contra la pobreza energética, el despliegue de la energía renovable y la disminución de la privación de derechos en las zonas rurales.
Artículo publicado en el blog sobre transición energética de la Fundación Heinrich Böll